El 9 de abril de 1952 culminó el
proceso revolucionario cuyos antecedentes se remontan a la Guerra del Chaco. El
grupo de intelectuales conformado por Carlos Montenegro, Augusto Céspedes,
Germán Monroy Block, Nazario Pardo Valle, Armando Arce, Víctor Paz Estenssoro y
José Cuadros Quiroga, al que luego se unieron Walter Guevara y Hernán Siles
Zuazo logró la alianza de clases para derrotar a la reacción o superestado
minero-feudal de la época.
La nacionalización de las minas,
la reforma agraria, el voto universal del primer período contrastan con el plan
Eder o el código Davenport, que transformaron la revolución nacionalista hacia
un régimen de dependencia económica externa.
Revolución Nacional de 1952
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El presidente Víctor Paz a su llegada a La Paz |
Sirenas
sonaban en el centro de la ciudad y las radioemisoras perifoneaban la victoria
de los milicianos mientras algunas balas aún cruzaban las calles de Villa
Victoria. En ese contexto, triunfaba la Revolución Nacional de 1952 iniciada un
9 de abril, gracias a la alianza de clases entre obreros, campesinos, burgueses
y políticos que se agruparon en el movimientismo con una visión nacionalista.
Era la culminación de un proceso que comenzó después de la derrota de la Guerra
del Chaco que vio surgir una generación que juraba no iba a permitir otra
humillación a la Patria.
“Para nosotros, la Guerra del
Chaco ha significado el derrumbe de conceptos y reputaciones consagrados, de
acuerdo a los cuales y bajo cuya dirección había vivido Bolivia hasta
entonces”, recordaba Víctor Paz.
El socialismo de Estado y el
sexenio, fueron etapas que sólo reafirmaron y maduraron las ideas de jóvenes
intelectuales que un 7 de junio de 1942 conformaron al Movimiento Nacionalista
Revolucionario (MNR) a partir de un periódico llamado “La Calle”.
Carlos Montenegro, Augusto Céspedes,
Germán Monroy Block, Nazario Pardo Valle, Armando Arce, Víctor Paz Estenssoro y
José Cuadros Quiroga conformaban este “grupo Busch” al que luego se unieron
Walter Guevara y Hernán Siles Zuazo.
Seis décadas han pasado, desde
aquel 9 de abril cuando este grupo logró unir a las corrientes proletarias de
entonces y junto a trabajadores y mineros derrocaron al super-estado y
depusieron a los barones del estaño, dando a Bolivia un salto cualitativo para
superar el feudalismo capitalista de la época. Grandes transformaciones se
dieron en los doce años de la Revolución, aunque como cualquier proceso de
cambio, éste fue transformando su origen hacia una corriente ideológica
opuesta.
El programa del MNR fue redactado
por José Cuadros Quiroga, pero no faltó la oposición de los partidos
tradicionales que calificó a los estatutos nacionalistas de ese partido como
“pro nazis”. Pese a aquella guerra política, los “rosados” llegaron al 6 por
ciento de los votos en su primera aspiración eleccionaria en 1947, logrando
curules en la Cámara de Diputados, uno de estos reservado para Paz Estenssoro,
quien ya había sido electo nueve años antes.
En 1951, tras la fugaz alianza
con Razón de Patria (Radepa) y el gobierno de Gualberto Villarroel, el MNR
llegó a obtener el 43 por ciento de la votación en el país ganando los comicios
generales. La jugada de la “rosca minera” fue anular las elecciones y delegar
el poder a Hugo Ballivián en el denominado “Mamertazo”.
En palabras de Paz Estenssoro,
“el mamertazo fue un burdo desconocimiento de la voluntad popular que
reflejaba, también, el escaso o ningún sentido democrático de quien gobernaba
el país en el tiempo de la plutocracia minera”.
La indignación de la población
rebasó los cálculos de un sistema que ya había recurrido a la represión como
forma de detener el inminente cambio de estructuras. Las masacres en centros
mineros durante el sexenio marcaron a Ichilo, Cinti, Catavi y Siglo XX,
generando rechazo total al poder político y la alianza con los empresarios
mineros Simón I. Patiño, Mauricio Hoschild y Carlos Víctor Aramayo que
exportaban junto al Banco Minero más de cien millones de dólares para 1949, sin
dejar beneficios para el país.
Todos estos antecedentes
confluyeron en la búsqueda de un partido político que logre superar el estado
decadente. El MNR encarnó aquella aspiración y en abril de aquel 1952, desde El
Alto hasta Villa Victoria los combatientes van superando a las guarniciones del
Ejército con una férrea alianza entre civiles y mineros, destacando el
dirigente Juan Lechín Oquendo.
El 11 de abril, la resistencia
militar es vencida en Milluni ante un saldo de 500 muertos y cientos de
heridos. Luego, el pacto era firmado: “En la población de Laja, a horas 13.30
del día 11 de abril de 1952, reunidos el general Torrez Ortiz, jefe del Estado
Mayor de las FFAA y el Dr. Hernán Siles Zuazo, jefe de la Revolución acordaron
en aras de la pacificación dar fin a las hostilidades a partir de este
momento”, cita el histórico documento.
El 9 de abril significó el
triunfo de un proceso social verificada en la Revolución Nacional de 1952 y fue
el hecho que marcó un antes y un después en la historia de la Bolivia del siglo
XX.
http://www.eabolivia.com/politica/12227-revolución-nacional-de-1952-9-de-abril.html
SIGNIFICACIÓN DE LA REVOLUCIÓN DE
1952
En un contexto de graves
contradicciones económicas, sociales y políticas, la Revolución de 1952 marcó
la culminación de un proceso que se había desencadenado en la guerra del Chaco
cuando todo el país tuvo que enfrentarse a su fracaso y, sobre todo, pudo
reconocerse en el propio campo de batalla en su realidad social y en sus
limitaciones estructurales. A partir de entonces los grupos nacionalistas, que
germinaron durante la administración de Hernando Siles, tomaron conciencia de
la realidad nacional y plantearon soluciones nuevas y radicales. Entre 1932 y
1935 se desarrolló una nueva generación, de la que surgieron importantes
partidos políticos progresistas y de izquierda. Estos enfrentaron a las fuerzas
políticas surgidas en la época conservadora (1880 - 1930), que tras la guerra
mostraban claros signos de agotamiento.
Muchas veces se ha usado en
nuestra historia la palabra Revolución para explicar desde un motín cuartelero,
hasta un golpe de estado, pasando por un levantamiento masivo violento. Es
necesario precisar con claridad que el único momento en el que la palabra
Revolución cuadra realmente es en 1952. Las razones son las siguientes: Este
proceso representó un desplazamiento de clases a nivel de las decisiones en el
seno del gobierno y en el conjunto de la sociedad. La minúscula clase dominante
que dirigía el país fue sustituida por una "clase media"
(difícilmente definible sociológicamente) que además afectó severamente los
intereses de la élite al expropiar las grandes minas y los latifundios. La
emergencia campesina en el agro y de trabajadores mineros y fabriles en
ciudades y centros mineros a través de organizaciones con poder real, modificó
radicalmente los estamentos de poder. Por eso se habla de una Revolución.
La Revolución de 1952 es un hecho
fundamental en la historia contemporánea de Bolivia pues cambió el país, al
punto que es imposible comprender la Bolivia de hoy sin entender la
significación de la Revolución. Por un parte se modificó totalmente la
estructura económica. De una economía semifeudal (agricultura) controlada y
dependiente de capitales privados de incalculable poder (minería
particularmente), se pasó a una economía básicamente controlada por el Estado
(más del 70%). Se creó una nueva burguesía que, sin haber logrado estructurarse
realmente como clase coherente, intentó industrializar al país. Una gran parte
de esa nueva burguesía sin embargo se dedicó a la intermediación financiera y
al comercio importador. Se logró una cierta diversificación en la producción
económica y una mayor articulación de la geografía nacional. El proceso de
desarrollo excepcional del oriente boliviano (Santa Cruz especialmente) es sin
duda producto de 1952.
En el campo, la reforma agraria
(1953) eliminó el latifundio y determinó el comienzo de un proceso de
integración del campesino a la vida nacional. Aunque los errores de aplicación
limitaron grandemente los resultados, se cambió la relación de poder entre las
clases sociales en el campo.
En lo político se cambiaron las
reglas de juego al establecerse el voto universal, que permitió la
participación mayoritaria en las elecciones y una nueva composición en la
representación social en el parlamento. Obreros y mineros tuvieron una
participación directa en las decisiones económicas y políticas del país. Se
creó una importante legislación de trabajo y avanzadas leyes sociales.
Finalmente, la cultura recibió un
impulso pocas veces visto en épocas anteriores, surgió una fuerte corriente
indigenista y nacionalista que desarrolló intenso trabajo en todos los campos.
La idea al crear el concepto de un estado nacional poderoso, fue la de
establecer una nación unida por una cultura mestiza y uniformada por el idioma
castellano. Esta idea se fue modificando como resultado del acceso a la
educación y a las decisiones de sectores del mundo aimara y quechua, que
propugnaron un criterio de respeto a la diversidad que se fue acentuando al
final de la segunda mitad del siglo.
Si bien el proceso de 1952 quedó
trunco y se vio envuelto en errores, limitaciones, corrupción y una negativa
influencia de posiciones personales; es indudable que tuvo una importancia
esencial para el país.
http://www.educa.com.bo/revolucion-1952-1964/significacion-de-la-revolucion-de-1952#sthash.EhClGYzD.dpuf
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