EL PLAN CÓNDOR: “OPERACIÓN LUCHA CONTRA EL COMUNISMO EN LATINOAMERICA”
A comienzos de
la década del 90 se descubren en Paraguay los documentos secretos de la policía
política paraguaya. Pero estos documentos, que ganaron el macabro nombre de
“los archivos del terror”, no sólo informaban del accionar de esa fuerza, sino
que revelaban la coordinación de los gobiernos militares sudamericanos durante
las décadas de 1970 y 1980 para perseguir a los opositores políticos.
Se conoce como
Operación Cóndor al plan de inteligencia y coordinación entre los servicios de
seguridad de las dictaduras militares de los generales Augusto Pinochet, de
Chile; Hugo Bánzer, de Bolivia; Alfredo Stroessner, en Paraguay; Joao
Figueredo, de Brasil; más los gobiernos derechistas de Isabel Perón, de Argentina,
y Juan María Bodaberry, de Uruguay. El objetivo del plan era el intercambio de
información acerca de personas “subversivos” residentes en dichos países, así
como la cooperación para perseguirlas a través de las fronteras nacionales.
Aunque sus
actividades se iniciaron antes, la creación oficial de la Operación Cóndor se
fecha en noviembre de 1975, en una reunión secreta de representantes de los
servicios de inteligencia de los mencionados países celebrada en Santiago de
Chile y convocada por Manuel Contreras, el
director de la DINA (Dirección de
Inteligencia Nacional, la policía política del país).
La Dirección
de Inteligencia Nacional, más conocida por su acrónimo DINA, fue la policía
secreta chilena durante el período inicial del régimen militar de Augusto
Pinochet, siendo uno de los elementos más significativos del aparato represor
de la dictadura.
Las primeras
acciones enmarcadas dentro de la Operación Cóndor se llevaron a cabo en
septiembre de 1974, en la ciudad de Buenos Aires. Cuatro exiliados uruguayos
fueron secuestrados y, semanas más tarde, sus cadáveres aparecieron en los
alrededores de Montevideo. La siguiente acción fue contra el general chileno
Carlos Prats, asesor del presidente Salvador Allende y su mujer. Los dos fueron
asesinados por un comando de la DINA que actuó en suelo argentino.
La Operación
Cóndor permitió a las fuerzas armadas y paramilitares de las dictaduras del
Cono Sur desplazarse libremente por el territorio de oír: países para
secuestrar, torturar y asesinar a los ciudadanos considerados sediciosos e
intercambiarse los detenidos.
Antes de esta
fecha, la colaboración represiva era una realidad impulsada en la región por
Estados Unidos, que amparaba los regímenes anticomunista por temor a que la
existencia de un gobierno de izquierdas en la zona facilitase la emergencia de
otros provocando un efecto dominó.
Era la tan
reiterada «doctrina de seguridad nacional» que insistía en luchar contra
enemigo interior: el comunismo. Desde
mediados de la década de 1970 se desarrollé una internacionalización de la
represión que fue posible porque la coordinación de Operación Cóndor, además de
permitir identificar, trasladar o asesinar a disidentes, facilitó encubrir
crímenes, trasladando cadáveres de un país a otro o creando confusión sobre las
víctimas y sus asesinos. Los agentes de la Operación Cóndor actuaron tanto en
países de América Latina como en Estados Unidos y Europa. Por ejemplo, en
Madrid, España, intentaron secuestrar a líderes del MIR chileno mientras que en
Roma, Italia, actuaron contra disidentes políticos argentinos.
El Informe
Hinchey señala que entre 1974 y 1977, la CIA mantuvo contacto regular pagado
con el entonces director de la DINA. El gobierno de los Estados Unidos aprobó
esta relación mercenaria con Contreras ya que “dada su posición como jefe de la
principal organización de inteligencia en Chile, era necesario para cumplir la
misión de la CIA, a pesar de las preocupaciones de que esta relación pudiera
exponer a la CIA a acusaciones de estar colaborando en la represión política
interna.”.
En 1992 fue
descubierto en Paraguay un gran archivo con más de 700.000 páginas de
documentación sobre la represión en este país. Se encontraron también registros
de la cooperación de la inteligencia estadounidense con las dictaduras de la
región, incluida la paraguaya. El estudio de los «archivos del terror», como se
les conoce, ha proporcionado valiosísima información sobre las actividades de
la Operación Cóndor en el Cono Sur que ha permitido la detención de algunos de
sus miembros, incluido el propio Pinochet.
La Operación
Cóndor dejó tras de sí cientos de víctimas: torturados, asesinados y
desaparecidos, especialmente guerrilleros —o sospechosos de serlo— del
Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) chileno, el Ejército
Revolucionario del Pueblo argentino o los tupamaros uruguayos. Y, a pesar de
que su punto álgido fueron los años comprendidos entre 1975 y 1977, en junio de
1980 aún tuvo lugar una acción de Cóndor: Noemí E. Giannetti de Molfino, madre
de la Plaza de Mayo exiliada en Perú, fue secuestrada en Lima, y tras un largo
periplo (Bolivia, Argentina, Brasil, y España) apareció envenenada en un hotel
madrileño. Según los “archivos del terror” descubiertos en Paraguay , la
Operación Cóndor dejó un terrible saldo de 50.000 muertos, 30.000 desaparecidos,
y unos 400.000 presos.
El Plan Cóndor: Las dictaduras del Cono Sur
aplicaron, con la conformidad de Estados Unidos, el Plan Cóndor, que sirvió
para que sus servicios represivos coordinaran miles de secuestros y asesinatos
de opositores políticos. En 1992 apareció en Paraguay un archivo oficial con
precisos documentos sobre esas actividades. Videla y Pinochet, durante una
visita del primero a Chile en 1978.
http://historiaybiografias.com/plan_condor/
No hay comentarios:
Publicar un comentario