Modelo económico en
Bolivia, políticas públicas y escenarios prospectivos
En el marco de los conversatorios de análisis
político que vienen efectuando el Programa de Fortalecimiento Democrático del
PNUD y la Fundación Boliviana para la Democracia Multipartidaria (FBDM),
analistas sociales y líderes políticos de Santa Cruz debatieron sobre el estado
del nuevo modelo económico de Bolivia, las políticas estratégicas hasta hoy
aplicadas y la diferencias con respecto a las anteriores. Asimismo, se
presentaron los escenarios prospectivos de mediano y largo plazo y, a manera de
recomendaciones, algunas políticas públicas por ser promovidas.
Para el economista Gabriel Loza
Tellería, quien realizó su ponencia con el título "La nueva política
macroeconómica y modelo de desarrollo productivo", el nuevo modelo en
Bolivia contempla la economía plural y está constituida por las formas de
organización económica, comunitaria, estatal, privada y social cooperativa. En
la misma línea, afirmó que existen distintos modelos de producción
(pre-capitalista, capitalista y la propiedad social), los que determinan una
economía mixta donde el Estado ejerce la dirección integral del desarrollo
económico y sus procesos de planificación.
Este modelo, que el Gobierno
viene aplicando desde la promulgación de la Constitución Política del Estado
(en febrero de 2009), no significa un "retorno al pasado, ni una
repetición, ni circularidad del uso de políticas macroeconómicas
populistas", sino que consiste en la combinación del equilibrio
macroeconómico con el cambio social y estructural. "La estabilidad de
precios, si bien es un patrimonio de todos los bolivianos, no es un fin en sí
mismo. Puesto que ésta debe contribuir a eliminar la pobreza, las desigualdades
y lograr un crecimiento económico sostenido", afirmó Loza, quien luego
planteó 2 escenarios prospectivos:
ü Fuerte
presencia directa del Estado en la economía, a través de las empresas públicas
y políticas económicas de control e intervención del mercado. Este escenario,
según el economista, requiere de fuertes inversiones públicas que al ejecutarse
podrían afectar el equilibrio fiscal.
ü Intervención
del Estado en sectores estratégicos. Este escenario va ligado al Plan Nacional
de Desarrollo y delimita la intervención del Estado con una política de
promoción de inversiones y de la actividad productiva. Esto, explicó Loza,
puede generar mayor espacio para el desarrollo de la actividad privada
campesina, comunitaria y empresarial, lo que se expresaría en menores presiones
fiscales, monetarias, y en aumentar la oferta interna y las exportaciones.
Políticas públicas
económicas
En el evento, el expositor
también planteó algunas políticas públicas destinadas a mejorar el horizonte
económico del país, así mencionó una Ley de delimitación de las áreas de la
economía y especialmente de delimitación de la participación del Estado en la
actividad productiva directa y la distribución, y una Ley de Inversiones que
promueva la inversión privada y extranjera, estableciendo reglas claras del
juego.
Un Pacto Productivo de corto y
mediano plazo entre el Gobierno, las organizaciones campesinas y las
organizaciones empresariales, también puede constituirse en una buena fórmula,
pero éste debe estar centrado en alimentos y debe contemplar un régimen de
importaciones y exportaciones de los mismos.
También mencionó un Fondo de
Estabilización y Desarrollo, éste, para su materialización, debe contar con
recursos provenientes de un nivel excedente por encima del nivel óptimo de las
Reservas Internacionales Netas y los precios de hidrocarburos por encima del
presupuestado. "Un Consejo Plurinacional de Inversiones asignaría y
priorizaría estos recursos", concluyó Loza.
http://www.gobernabilidad.org.bo/noticias/302-políticas-publicas/781-desarrollo-económico-en-Bolivia
Conversatorio
"El Desarrollo Económico en Bolivia"
El Programa de Fortalecimiento Democrático del
PNUD reanudó este mes el ciclo de conversatorios de análisis político que
efectúa en varios departamentos de nuestro país. En este marco, "El
desarrollo económico en Bolivia", su estado de situación, características,
escenarios prospectivos y políticas públicas que requieren ser implementadas,
están siendo debatidas por los analistas sociales y dirigentes políticos que
asisten a estos eventos.
En La Paz, el conversatorio se
efectuó el 15 de febrero, con la exposición central del economista George Gray
Molina, para quien -a grandes rasgos- existe un desajuste en el modelo
económico que pretende implementar el Estado boliviano, partiendo de la premisa
de que un cambio de estructura económica requiere un cambio matriz productiva
no sólo basado en la voluntad política, sino también en coaliciones e incentivos
institucionales y sociales.
"El sueño del Gobierno
actual es la transformación vía cambio del modelo. Yo creo que eso ha pecado de
voluntarismo político, y el modelo no es lo suficientemente sostenible y
robusto para cambiar el patrón de manera sostenible debido a que se trata de
una agenda de miles de actores productivos, en realidad, de toda una clase
popular emergente. Esa tarea, de la siguiente generación, nos va a generar una
economía plural con varios ritmos de desarrollo y eso va a tener implicaciones
sobre la democracia", explicó.
Asimismo, el economista señaló
que en Bolivia conviven una heterogeneidad de modelos productivos y que esa
tendencia se va a mantener durante los próximos 20 años, es decir que la
economía no va a tener una matriz totalmente industrial, ni otra
"verde" con productos orgánicos y estándares laborales altos. Ante
esta situación, el reto es cómo generar los engranajes políticos y sociales
para facilitar una transición de mano de obra barata y recursos naturales
primarios, que forman parte de esta diversidad, hacia otro tipo de inserción
internacional.
Los 3 bolsones
productivos
Gray Molina llegó a estas
conclusiones tras afirmar que Bolivia es un país que tiene malas condiciones
estructurales, bajas condiciones de competividad, altos costos por transporte,
corrupción e informalidad; y que sin embargo, existen bolsones de crecimiento
en economía pese a estas situaciones. Estos motores se encuentran en el sector
de los hidrocarburos y la minería; el sector industrial y de servicios de alta
productividad (sector transable), y el sector popular de baja productividad
(sector intransable), siendo las primeras asentadas en la explotación de
recursos naturales primarios y la última basada en la mano de obra barata, que
han sido las características de la economía boliviana en los últimos 150 años.
La economía basada en la mano de
obra barata, de acuerdo con el economista, está conformada por los
comerciantes, gremiales, transportistas, contrabandistas, autoempleados, entre
otros, y es el sector que articula a todos los motores. En este contexto, el
reto es fortalecer la economía popular y crear más bolsones de crecimiento, que
incrementaría la productividad del sector transable, lo que a su vez supone
políticas industriales activas y de promoción productiva.
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